“Cuando en el teatro Coliseo empezó el recital de los 14 músicos que integraban The Duke Ellington Orchestra toda aprehension quedó de lado.
Los que recordaban al maestro-fallecido hace 6 años-descubrieron que su hijo(60 años,universitario de Columbia,investigador,trompetista,creador en 1939 de su primera banda con Dizzy Gillespie,compañero en otra con Carmen McRae,talentoso autor)suplía con vitalidad y energía inusuales aquella falta.
Felizmente Mercer Ellington-que hoy sólo dirige-sabe poner énfasis en la calidad musical antes que nada.
Y como su elegante padre,conduce sin espectacularidad ,dando un timbre homogéneo difícilmente superable al conjunto,para lograr aquel tratamiento casi virtuosístico en todo su esplendor.
Por supuesta ya no esta el recordado Barney Bigard de 1933,ni el imborrable Johnny Hodges que acompañó a Duke en su visita a la Argentina de 1968,ni tampoco el Paul Gonsalves que arribó con él en 1971…
Sigue el ochentón Cootie Williams unido a Duke(o a su memoria)desde hace casi 51 años,ese que representa el estilo jungla ,casi una marca de fábrica para los Ellington.
En realidad Mercer conserva no sólo el repertorio y la mayoría de los arreglos ,sino que intenta plasmar lo que siempre se llamo el sonido Ellington.
Es decir:esos efectos instrumentales(a menudo con sordina)que dan cariz humano a la sección de bronces.
Quizá ya el nostalgioso lector estará escuchando las entradas staccato de trombones y trompeta.Viendo como los músicos se paran al unísono y avanzan en primer plano para sus solos.
Imagine la diagramación:4 saxos abajo,detrás los 3 trombones,mas arriba 3 trompetas y sobre la izquierda la sección rímica:contrabajo,batería y piano.
Falta uno.
No lo diré aún.
El concierto que no vacilo en calificar como sensacional mostró matices opuestos en sus dos partes,ante un lleno casi total de espectadores que aplaudieron simpáticamente las primeras notas de “Caminante de St Louis”,iniciando el camino restrospectivo.
De allí en adelante Mercer expuso su swing y su apego al espíritu de Duke en temas como “Suenan campanas”,”Flamingo”,”Muñeca de seda”,”Dama sofisticada”(donde un blanco de cuidada barba ,Marvin Dale Holladay,logró conmover con lirismo en su solo de saxo barítono)”Ya no vienes tan seguido”,”Caravana”(para lucimiento del baterista Quentin White Jr,un consumado dominador de tambores ,que me recordó a Cozy Cole) y un trozo de la Suite Liberiana.
Cuando ya supuse que no habría actuar,desde un costado-al ritmo de “Toma el tren A”-apareció gordo,pesado,caminando lentamente y con un sonido impresionante Cootie Williams!
Su fraseo trompetístico lleno,potente por momentos dejó lugar al dominio inigualabe que posee del wa-wa,de los expresivos gruñidos contagiando emotivamente a los presentes.
Y es que el manejo de la trompeta depende no solo de la forma de moverla en tiempo y distancia sino del estado del soplo del instrumentista.
Pese a sus años el abuelo Cootie lo conserva apto.
Terminó la primera parte con Mercer siguiendo el swing de “Las cosas ya no son como antes”(seguro?)y desplegando su envidiable estado físico….”
(parte de la nota “El Otro Ellington”por Alberto Daneri publicada en “Pájaro de fuego”,junio de 1980)
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