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miércoles, 17 de junio de 2009

Evocación de Enrique Villegas, a diecinueve años de su fallecimiento Julio de 1986

El 10 de este mes falleció a causa de un infarto cardíaco Enrique "Mono" Villegas, la excelencia pianística personificada, en cualquier manifestación musical que abordara: clásica, romántica, impresionista, jazz o criolla. Con su arte expresaba nuestra cultura musical: criolla significaba Tango -con su favorito, don Horacio Salgán- y Folklore -con sus favoritos Adolfo Ábalos y sus hermanos.
La herencia musical que nos dejó ya había alcanzado repercusión internacional en 1968. Recuerdo que en el café-concert "La Calle", de Talcahuano entre Sarmiento y Corrientes en Buenos Aires, luego de escuchar a la Sinfónica del Colón los lunes, nos reuníamos no más de cuarenta personas entre las 11 de la noche y la 1 ó 2 del martes, a escuchar sus cosas y su música.
En una larga noche, se presentaban todos los músicos que actuaban en el café- concert: La "Delta Jazz Band", Rodolfo Mederos y Pedro Asquini, el "Quinteto Vocal Argentino", el trío de Eduardo Rovira, Facundo Cabral, el grupo "Buenos Aires 8" , y no recuerdo si una agrupación de Astor Piazzolla, que asimismo desarrollaba su operita "María de Buenos Aires" en la Sala Planeta.
En el espacio del "Mono", se presentó un señor español diciendo que estaba de paseo y que hacía dos o tres días que andaba por Buenos Aires tratando de conectarse con Enrique Villegas, a quien sólo conocía a través de sus grabaciones. Como el español viajaba con su saxofón tenor, el "Mono" le solicitó al bajista de "Buenos Aires 8": "Pibe, vení a ayudarnos con el ritmo, vos que sos un excelente alumno del Conservatorio López Buchardo". Y se concretó una "pizza", muy cálida y agradable, donde el saxofonista desarrolló varios "coros" muy pegados al estilo de John Coltrane. A este saxofonista lo volví a ver en el programa "Jazz entre amigos" que hace un montón de años se difundía por la TVE de España. Y si la memoria me ayuda, su nombre debe seguir siendo Pedro Iriarte (o Iribarne). Eso sí, siempre vasco.
Un lunes, en "La Calle", se encontraban entre el público músicos del Colón, entre los que reconocí a una contralto que había visto y escuchado en una ópera. Luego de dos o tres desarrollos sobre el teclado, el Mono le pidió en perfecto castellano: "Gorda..., Summertime"(*). La señora se acercó, y entre ambos recrearon a un Gershwin superlativo en el universal idioma de la música.
Sus recitales se adornaban con pensamientos y comentarios sobre música, músicos, artistas de cualquier género, y también sobre sucesos de la realidad. Siempre matizados con un humor irónico, hiriente, agudo, inteligente, y también dulce. Recuerdo que contaba sus andanzas por Nueva York, sin un mango y sin laburo, tratando de ganarse un café con leche. Contaba que fue a tocar al Café o Club de Cecil Taylor, un excelente pianista, uno de los máximos exponente del free-jazz. Remató el relato diciendo: "Toqué tan, pero tan bien, que después me prohibieron la entrada al Café."
Otros pensamientos impresos: "El jazz pertenece a los negros, y punto. Los blancos nos pasamos la vida tratando de imitarlos inútilmente, y hasta hubo alguno que se pintó la piel..." (por Al Jolson). Y cuando sus oyentes no eran aficionados al jazz, les advertía: "Estoy seguro que no entenderán nada, pero igualmente se van a divertir."
Los que estuvimos en la primera presentación de la orquesta de Duke Ellington en el Cine "Gran Rex" de Buenos Aires, hemos de recordar las risas muy sonoras del "Mono", así como su modo de aprobar los "coros" de don Edward Kennedy (el "Duke").
Setenta y dos años de una vida dedicada al cultivo de la música, cuyos frutos hemos heredado en grabaciones que se conservan como verdaderas joyas, y cuya difusión no tuvo ni tiene la frecuencia ni el espacio con los que los medios privilegian intereses mercantiles.
Un recuerdo muy especial a don Alfredo Radoszynski, el productor de las grabaciones más importantes no sólo de Villegas, sino de los mejores cultores de toda la música culta argentina, del género que se prefiera. "Menos mal que la música de Villegas quedará eternamente estampada en los surcos de 'Trova'…Villegas ha honrado al jazz argentino, y por eso 'Trova' le agradece, lo celebra: celebra su juventud artística, su creación sin renuncios, que ustedes pueden comprobar con sólo poner en movimiento este disco que tienen en las manos." (Guillermo Orce Remis, contratapa del disco "Enrique Villegas, 60 años, 3-8-73".)
Como dijo el pianista Manolo Juárez: "Este país está lleno de necrológicas, para tapar los agujeros de los olvidos."
Ayudemos a recordar lo bueno, lo bello, lo justo, lo verdadero, lo valioso de nuestras expresiones culturales.

(*) Villegas hablaba perfectamente el castellano del Buenos Aires de ayer. Decía "sumertime" por "samertaim", "duque" por "diuc",
"Taylor" por "Teilor", etc. sabiendo ingles, pero Ellington no podía pronunciar "Villegas" y decía "Viegas".
Pedro Saint Pierre
-Bahía Blanca

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