Sergio Mihanovich y el sabor musical de la memoria

Anfitrión: el pianista y compositor estuvo acompañado de amigos en las noches de Oliverio, para recordar toda una reconocida temática suya.

Miércoles 11 de junio de 1997

Cuando Sergio, nieto de yugoslavos, se sentó al piano, tenía seis años.
Y sobre el pucho compuso "La media", sin pensar que Enrique González Tuñón escribiría por esa época "La calle del agujero en la media". Ese su primer tema era el resultado lógico del ambiente familiar típico de clan musical e idiomático de los Mihanovich-Berro Madero.
"Papá y mi hermano Iván (padre de Sandra) cantaban siempre, y el idioma obligado era el inglés. Papá tenía su conjunto musical y solía presentarse en radio con hijos y cuñados que se pintaban de negros para cantar negro spirituals. Yo podría decir que nací en medio de unos ensayos."
Sergio Mihanovich es archiconocido en el ambiente musical argentino y también en el norteamericano.
Baste mencionar su tema "Sometime ago", que interpretaron, entre otros, músicos de la talla de Bill Evans, Stan Getz, Gerry Mulligan, Herbie Hancock, Michel Petrucciani, y que estudian en la Berklee.
Sergio, pianista _o miembro de aquel familiar conjunto "Los blackbirds"_ no trascendió tanto como el temprano compositor En 1949 (yo tenía doce años) compuse mi primera canción con letra en inglés, "Silly of me". Un desastre. Pero desde entonces no dejé de componer. Siempre en inglés."
_El jazz ya estaba instalado en tu corazón...
_Sí. Tanto, que olvidé a Mozart y a los clásicos. Salvo cuando, en 1951, escribí una suite destinada a Rita Hayworth, "Princess Kahn". Pero hubo antes una incursión por el bolero, desde 1950. El primero, "Indefenso", lo escribí, en castellano (letra y música), para la novia del papá de Sandra. Hay otros, como "Amor y decepción", que cantaron Daniel Riolobos, Horacio Molina y Leny Andrade.
_¿Y las actuaciones?
-Ah... claro. En 1955 debuté profesionalmente como pianista en el teatroOpera, junto a los Mac Ke MacÕs. Mi grupo era Los Green Birds y debutábamos con unos horribles sacos "verde-loro". Eran Horacio Malvicino en guitarra, Nene Nicolini en contrabajo, Pichi Mazzei en batería y yo en piano. Después nos presentamos en Radio El Mundo y en Canal 7.
La intensa vida musical de Sergio Mihanovich incluye la música del "Ballet de un mundo nuevo", que orquestó Lalo Schifrin; el dúo canoro que formó con su hermana Sonia para cantar en Radio Splendid; el trío que fundó en 1958, con Oscar y Jorge López Ruiz, y que conquistó por dos años las largas noches de Jamaica; el primer disco, "YouÕre a mystery", grabado en 1960 nada menos que con Jim Hall en guitarra, Gato Barbieri en saxo, Jorge López Ruiz en bajo y Pichi Mazzei en batería; el cuarteto creado en 1961 con Gustavo Bergalli, y el quinteto de 1962, que inauguró el célebre Tucumán 676.
Su extenso currículum incluye grabaciones, junto a su mujer, Betty Lococo, de temas de Gershwin y Michel Legrand; la música para las películas "Biografías", de Manuel Antín; el corto de Rodolfo Kuhn "El amor elige", y su largometraje "Los jóvenes viejos"; "Los traidores de San Angel", de Torre Nilsson; "Triángulo de cuatro", de María Luisa Bemberg, "La mala vida", de Hugo Fregonese; muchos jingles, entre otros.
"Hace dos años volvimos a Oliverio por dos meses con Oscar y Jorge López Ruiz. Hacía treinta y seis años que no tocábamos juntos. Y ahora estuve allí, en Oliverio, con este "Sergio Mihanovich & Friends", despidiéndome de una pequeña temporada. Siempre disfruto la música con amigos. Nunca me subí a la fama."
Es para creerle.
NUESTRO ANTIHÉROE DEL JAZZ

Sergio Mihanovich no existe.
Es que Sergio Mihanovich no ha cobrado entidad telegénica ni mediática.
Sin embargo, pese a tal inexistencia televisiva, Sergio cobra entidad en el ciclo que Oliverio Allways bautizó "Sergio Mihanovich & friends".
Sergio Mihanovich de carne y hueso, es también el antihéroe de esta película del jazz hecha por talentosos argentinos.
Quizá fue sólo una elección de vida: la de haberse consagrado de lleno a la composición sin darle demasiado importancia a su condición de pianista. Por eso es sólo un compositor que canta sus canciones acompañandose en piano.
Así lo demostró la última noche, al cantar y tocar clásicos como "I have dreamed", de Rodgers-Hammerstein; "As time goes by", de Herman Hupfeld; "My footish heart", de Victor Young; "They canÕt take that away from me", de Gershwin, y desgranar canciones propias, como "Anything" y "When love was all we had", con música de Calandreli, que cantó Tony Bennett.
Intimista hasta la exasperación, ya que el músico-versificador está frente al papel del piano vertical sin mirar a nadie, Sergio es la imagen del anacoreta, retirado del comercio humano y dedicado a la contemplación.
El creador de "Sometime ago", con el que maravillaron Bill Evans y otros genios, está allí, dando muestras de musicalidad y humildad.
Sólo Sandra Mihanovich será capaz de hablar de las dotes de su tío y de su consolidada fama allende las fronteras, antes de cantar, con gracia y demorada elegancia, boleros de Sergio, como "Indefenso" y "Amor y decepción", que también echaron a volar en otras voces privilegiadas.
Corporizada ya esa forma inasible para la televisión, Sergio Mihanovich aparece como un músico dotado de inspiración. Dato suficiente como para otorgarle entidad artística.
René Vargas Vera

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