“Lo peor que podria decirse sobre TGJB es que se ha desmemoriado de su propia fidelidad a una profesion que era obvia en los primeros tiempos de su actuacion.Pero el del Jazz es un extensisimo vergel y hay en el muchisimos caminos incitantes para recorrer.Lo que realmente importa es no pasarse a los canteros y entretenerse en el lodo.Ysi,hace dos años sus ocho integrantes llamaban la atencion por el ejemplar entusiasmo -y aun la autoridad-con que ,a despecho de algunas imperfecciones tecnicas , tocaban aferrandose a la clasica ortodoxia jazzistica de New Orleans-como tambien lo hacian ,entre otras,las bandas de Lu Waters y Claude Luter-sus siete miembros actuales impresionan igualmente con su madurez para tocar ,pura y simplemente,Jazz.
Si fuese menester encasillarlos,habria que sustituir el rotulo de “renacentistas”(los que comparten la filosofia de borrar y empezar de nuevo-esto es:ignorar toda la evolucion del Jazz posterior al nacimientos de las orquestas numerosas)por el de “tradicionalistas”(los que procuran tocar todavia,respetando los principios inmarcesibles,pero sin desentenderse de lo que en el desarrollo posterior no reniegue de aquellos)
Su instrumental ha variado.Se ha prescindido del segundo banjoista:
Hector Basso ahora toca la tuba y no el bajo de metal.Se ha agregado una cancionista .Los cambios en el elenco se limitan al reemplazo de T.Romero por
Angel Sucheras en el piano, y al de Carlos Avallone por
Roberto Fernandez en la trompeta.
El cronista ya se habia impuesto debidamente de estos cambios,como asi tambien de la eclectica composicion del repertorio,por haber escuchado a la banda en tres visitas a la capital argentina. El sonido de la misma continua siendo inconfundible y debe haber sido percibido por quienes escucharon los primeros compases de “Limehouse Blues” teniendo aun en sus oidos los ecos de los sueltos y fogosos desarrollos finales de la banda uruguaya en (1)“Indiana”.
Era obvia la calidad profesional de algo preparado de tiempo atrás y repetido quizas semanalmente.De algo que guia sin maniatar, que reune y combina sin conglutinar.
El ensemble actua con seguridad,firmeza y conviccion.Hay adecuacion entre ambas secciones pero no en el grado deseable para establecer ese aflojamientos,esa soltura,esa relaxation,cuyo secreto solo los negros parecen poseer.
La seccion rimica -con ese particular y tan agradable color que le prestan el banjo y la tuba - funciona ajustadamente pero su pulsacion deja algo que desear en los momentos de climax y-sobre todo-cuando el trompetista abre todos los grifos de su impetu expresivo,que suele ser avasallador. Por Fernandez,cuya inventiva es feraz,guia los desarrollos melodicos con una potencia que ya la quisieran para si muchos de sus colegas extranjeros.No incurre en las ruidosas vulgaridades de un Wild Bill Davison.Es -en mas de un sentido-el musico mas hot de la banda.El que se expresa con mas ardor,mediante notas vivas que a veces forma frases ásperas pero rotundas.Y siempre con exuberancia de swing.El clarinetista Juan Carlos Acosta,en cambio,el mas musico,el que se ha esforzado por agilitar sus dedos,uniformar su vibrato y enriquecer sus medios de expresion-y ya se sabe que en el Jazz,particularmente en las bandas del tamaño y del estilo de la que el integra,suele resultar extremadamente dificil sustraerse a la sujeccion de la inspiracion a la tecnica.Hace bastante mas de un año que los connoisseurs han descubierto y comprobado su admiracion por Peanuts Hucko,clarinetista que hizo la mayor parte de su carrera en las grandes swing bands y hace solo poco mas de diez años que comenzo a alternar con los dixielanders.Miguel Piccolo,en cambio,esta todavia buscando la manera de expresar su confesada admiracion por el insigne Jack Teagarden.Sus aportes al ensemble son eficaces,por cuanto conoce bien el papel que debe jugar su instrumento,pero sus solos-mas viscosos que broncos-carecen de punch. La atractiva Diana Lynn animo,ademas de una bonita balada,”Alexander's Ragtime Band” e “Is it true what they say about Dixie?”,su voz es agradable,su pronunciacion del ingles impecable y-lo que es mas importante-canta con swing
El cronista lamente tener que repetir esta vez los mismo que escribio dos años atrás,a proposito de la inoportunidad de cerrar un concierto de hot jazz con un numero-el “Tiger Rag”,huelga nombrarlo-destinado a exhibir la agilidad y la fuerza de los dedos y los labios de todos y cada uno de los “Georgians”,con el obligado despliegue de la exuberante vitalidad del baterista Nestor Astarita.Si por la ovacion que por ello recogieron hubiera que avaluar el nivel del entendimiento jazzistico del auditorio,seria cosa de adherir a la filosofia de los mas recalcitrantes renacentistas.Y entonces si:borrar y empezar de nuevo...-” ( parte de la nota “En la buena senda :Festival dixieland del Hot Club de Montevideo”por Juan R .Grezzi , publicado en el semanario "Marcha",octubre de 1959 )
(1)Grezzi se refiere a la actuacion de "The Hot Blowers".