Cuando todo el público estaba ubicado en la sala, una voz en off anunció que la baterista Terri Lyne Carrington no sería parte del concierto. Por culpa del volcán, el avión que la traía a Buenos Aires había sido desviado a Santiago de Chile. El saxofonista Wayne Shorter, protagonista de la noche, estaba a punto de pisar el escenario con sus socios Danilo Pérez (pianista) y John Patitucci (contrabajista) y con el baterista que consiguieron para el reemplazo, que seguramente estaría ansioso por escuchar la respuesta del público cuando pronunciaran su nombre. "Oscar Giunta", dijo la voz, y como el Gran Rex estaba colmado de conocedores del jazz local, se oyó un estruendoso aplauso.
Lo que pasó esa noche seguramente pasará a formar parte de los recuerdos que Giunta lleva marcados a fuego. Recuerdos como aquel de cuando un baterista que tocaba con su padre le regaló los primeros palillos que usó; o de cuando tenía 7 años y su mamá, la actriz y cantante Liliana Parafioriti, lo llevó a Canal 11 para participar en un concurso que intentaba formar una orquesta infantil en un programa de Sergio Velasco Ferrero. Oscar creció en una familia musical (su padre, también llamado Oscar, es un reconocido contrabajista).
El aplauso inicial del Gran Rex pudo ser una buena bienvenida, pero no garantía de un buen concierto. La excelente actuación de Giunta -agregado al combo a último momento- fue causa de muchos otros factores que exceden el aplauso: talento, muchísimos años como profesional, a pesar de sus 35 años; amplio conocimiento del trabajo de Shorter, gran empatía con Danilo Pérez y lúcida sintonía para el ensamble que construyó con Patitucci. Giunta desplegó su estilo con el más fino criterio. Buen acompañamiento, precisas intervenciones, exquisita paleta tímbrica y originales ideas para aportar a ese combo que había quedado rengo.
"Hoy me levanté con una sensación extraña. Cansado como si hubiera jugado 15 partidos de fútbol seguidos. Fue una experiencia superfeliz, de mucha adrenalina", contó al día siguiente, antes de describir todo lo que sucedió en pocas horas. Porque todo resultó bastante vertiginoso. Un día antes del concierto, Giunta asistió a una clínica que dictaron Pérez y Patitucci en la EMBA, escuela de música donde Oscar también suele dar clínicas, al menos una vez al año. Ahí, Danilo lo invitó a tocar. Se conocen desde hace 14 años, cuando compartieron un concierto en Uruguay, y se mantuvieron en contacto desde entonces.
"Ya con eso yo estaba feliz", contó el baterista. Pero al día siguiente (el mismo día del concierto de Shorter) los productores del show lo llamaron para pedirle que reemplazara a Carrington. El jueves a la tarde conversó con Patitucci para interiorizarse sobre las pautas de trabajo; luego llegó Danilo; media hora antes del show apareció Shorter, y cerca de las 10 de la noche los cuatro salieron a la cancha. No es la primera vez que Giunta trabaja con figuras de gran reconocimiento internacional. Tocó en el Colón con Paquito D'Rivera; en el Luna Park, con una orquesta de Lalo Schiffrin; en el San Martín, con Herbie Hancock, y viajó muchas veces para dar workshops y actuar en el exterior. Dentro de la escena local, se destacó con trabajos como los que realizó con el muy original Quinteto Urbano. Actualmente, está concentrado en un proyecto solista que presentó en 2010 y que tomará forma de CD durante este año. Tendremos que estar atentos.
Mauro Apicella
LA NACION
Wayne Shorter Quartet with Danilo Pérez (piano), John Patitucci (contrabajo) y Oscar Giunta (batería).
Buenos Aires 2011
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