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domingo, 22 de agosto de 2010

El adios de un grande

Las tardes en Tres Lomas eran aburridas allá por 1980. Volvía del Club más o menos a las tres y me ponía a escuchar "Reencuentro" hasta las cinco. Eso era como un viaje, como una misa. Una cita obligada con el sarcasmo, el buen gusto, la música exquisitamente seleccionada, las cortinas, los silencios, las risotadas.

El negro Guerrero Marthineitz empezó a hablar arriba de la música cuando eso era una herejía; empezó a repetir una canción que le gustaba mucho y esto que hoy nos parece una huevada, en esos años era una osadía. El negro Guerrero fue, entre otras cosas, el gran desacartonador de la radio argentina, el que le sacó el saco y la corbata y reemplazó la solemnidad por el fraseo, por el silencio exasperante y el comentario mordaz. La radio traía una cosa de extrema solemnidad, si durante muchos años estaba todo absolutamente libreteado. Estaba todo pero absolutamente todo escrito y si bien no fue el primero ni el único en contribuir a erradicar los libretos, sin duda fue el que con más talento desarrolló la improvización, fue en ese sentido un jazzero.

Fue uno de los primeros en mandar sus programas grabados en una hora donde todo va en vivo. Como no se bancaba que entrara gente al estudio o que lo espiaran por la cabina del operador, harto de todo se montó un estudio en su casa y ahí grababa "Reencuentro" en esas máquinas de cinta abierta Revox. Por eso siempre antes de las noticias había entre uno y dos minutos de cortina, algo que en el sonido del programa aparecía como pensado cuando en rigor era un espacio sonoro para que el operador lo cortara cuando la gente del informativo estuviera pronta a salir a aire. Todo esto lo sé de primera mano pues cuando me vine a vivir a capital el proyecto era ser operador de radio y por eso conocí a su operador que era de mis pagos, de Salliqueló, concretamente, y pasé larguísimas tardes durante 1982 en el control central de Continental mientras se emitía el programa del negro.

Tengo para mí que un programa de radio es una creación única y personalísima, con un ritmo, un sonido y un clima único e irrepetible. En eso, Hugo Guerrero Marthineitz es una marca registrada. Su forma de hacer radio desde que empezaba a sonar la primera nota de la cortina ya te acomodaba, ya te predisponía a vivir un espectáculo. Sabías que ibas a escuchar cosas interesantes, sabías que tenías por delante un par de horas de creatividad, y nunca apagabas la radio defraudado. El negro recibía discos de promoción como todos los conductores de radio, pero seleccionaba muy finamente lo que ponía ¿Te acordás cuando se copó con la banda de sonido de "Los Unos y los Otros" y le daba y daba sin parar? Ponía una, dos y hasta tres veces la misma canción y por ahí se detenía en un arreglo, en un solo y podía improvisar 15 minutos sobre ese detalle.

Fue el negro el que descubrió "Pedro Navaja" de Ruben Blades en 1982 y lo popularizó. Ese tema pertenece al álbum "Siembra" que fue editado en 1978, pero acá Interdisc lo publicó cuatro años después sin pensar que el peruano les haría el gran favor de transformarlo en un hit.

Me dolió su final en la miseria (fue desde todos lados un tipo difícil) y se me ocurre que este deceso de uno de los pilares de la radiofonía argentina que seguramente no tendrá una gran repercusión en cierta medida está a tono con el maltrato que viene teniendo este medio de comunicación en los últimos años. Esta radio donde los conductores van "A un tema musical" está en cierta medida pasándola mal como la pasó hasta hoy el negro. Nuestra radio necesita creatividad, reclama a gritos menos móviles, menos "periodismo", menos comunicaciones telefónicas y más clima, más intimidad, más complicidad en las dos puntas del contacto.

Si queremos homenajear al negro Guerrero bajemos dos cambios, no le temamos al silencio; pongamos una canción que nos guste aunque dure siete minutos, pongamos atrás de Michel Legrand un tema del Payo Solá y luego dejemos sonar la cortina durante 30 segundos eternos y comentemos algo absolutamente lateral, fuera de época y de contexto.

Tratemos de recordar que la radio puede volver a ser un espectáculo.

http://tirandoalmedio.blogspot.com/2010/08/murio-hugo-guerrero-marthineitz.html




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